El poeta nace de una palabra lanzada al aire
De la confluencia de los ríos del corazón y el crepúsculo
Su concepción es de espaldas al mundo
En el centro mismo de un himno de viento marino.
Un poeta nace, cuando un idiota muere
Pero no ocupa el espacio de este, crea uno nuevo
Con su palabra vagabunda, con esa idolatría al melodrama
Viaja con un cigarrillo por las estepas
Y en un whisky en las rocas vuelve a todos los lugares comunes del verso
Un poeta nace en Kuala Lumpur o en mi ciudad
Andan por ahí, hablando con las nubes mientras estas miran
Las piernas de una prostituta y algo un poco más arriba
Solo el amor lo redime y lo condena
Por él, un poeta mata, roba, asesina la mano que le tiende un mendrugo de pan
Y crea barcos invisibles
Los capitanea
Solo el amor lo salva y lo acecha
Y no le canta al amor, pues todo poema es un cero al cociente
Ecuación insoluble
Este solo existe cuando ya ha muerto
Y siempre como todo difunto, “tan bueno que era”
Un poeta nace
Y todo el mundo sigue girando en su mismo eje
En trescientos sesentaycincodias, un año
Nada cambia
Pero
Un poeta nace.
ARTURO WIGOYA
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